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 Una mujer de 81 años que inspiró a una nación a reciclar.

Zeinab Mokalled
Zeinab Mokalled


Una mujer de 81 años que creó un equipo de recolección de basura integrado exclusivamente por mujeres en su aldea en el Líbano ahora recibe un caudal de  visitantes que le preguntan cómo lo hizo.

Durante nueve meses entre 2015 y 2016, la basura se acumuló en las calles de la capital, Beirut, y hasta ahora, la falta de vertederos hace que parte de los desechos de la ciudad se arrojan al mar.

Zeinab Mokalled demostró que cuando falla el gobierno, las iniciativas “caseras(DoITYourself) pueden funcionar. "Había suciedad por todas partes y los niños estaban muy sucios", dice Zeinab Mokalled.

Ella recuerda que durante las décadas de 1980 y 1990, cuando Israel ocupó parte del sur del país, durante 15 años la recolección de desechos se detuvo en su aldea Arabsalim.

Con el paso de los años, la basura se acumuló y Mokalled acudió al gobernador regional para pedir ayuda.

"¿Por qué te importa? No somos París", le dijo.

"Ese día supe que tenía que hacerlo por mí misma", dice Mokalled.

Mokalled pidió ayuda a las mujeres de la aldea, no a los hombres, en parte porque quería empoderarlas,  y en parte porque pensó que ellas harían el trabajo mejor.


Deberían ser las mujeres quienes clasificarían el material reciclable y probablemente, quienes sacaran la basura. Por eso, Zeinab necesitaba voluntarios para ir de puerta en puerta y llevar el mensaje a las mujeres de todas las casas, y para este trabajo, en una comunidad musulmana libanesa a mediados de la década de 1990, los hombres no habrían sido apropiados.


Khadija Farhat compra un camión para el reciclado


No tenían equipo ni infraestructura. Entonces, ¿cómo empezar?

La amiga de Mokalled, Khadija Farhat, compró un camión de su propio bolsillo. La propia Mokalled convirtió su jardín trasero en un área de almacenamiento de desechos reciclables.

No parecía probable que los 10.000 aldeanos pagaran para que recogieran su basura, así que los voluntarios pagaron por ellos mismos. Diecinueve años después todavía lo hacen, cada uno de los 46 miembros aporta alrededor de $40 cada año.

"El reciclaje doméstico fue la mejor manera de avanzar", dice Mokalled, quien nombró a la organización “Llamado de la Tierra” (Call of the Earth).

Para empezar reciclaron vidrio, papel y plástico. Recientemente, comenzaron a recolectar desechos electrónicos y contrataron a un investigador para encontrar la mejor manera de hacer compost en las condiciones cálidas y secas del sur del Líbano.


La única ayuda que recibieron los recolectores de residuos de las autoridades locales, después de tres años de trabajo, fue el obsequio de 300 contenedores de plástico y un terreno, lo que permitió a Mokalled recuperar su jardín.


Al mismo tiempo, comenzaron a alquilar un camión para trabajar junto a Farhat y contrataron a un conductor masculino, aunque continuaron acompañándolo para asegurarse de que no estuviera solo cuando se acercaba a las mujeres.

Después de 10 años recibieron una subvención de la embajada italiana para construir un almacén, que es donde ahora Mokalled recibe visitantes -escolares, estudiantes y activistas- que vienen a estudiar cómo funciona “Llamado de la Tierra”. Y los números han aumentado desde que el cierre del vertedero principal de Beirut en 2015 provocara que los desechos se acumularan alrededor de la ciudad y los alrededores del Monte Líbano.


Un río de plástico en Beirut antes de ser movidos al predio específico en marzo de 2016


Los intentos de ubicar los desechos en un lugar, fueron neutralizados rápidamente. El síndrome de No-En-Mi-Patio fue amplificado por las divisiones sectarias del país: ni las comunidades cristianas, sunitas o chiítas querían albergar el basurero. A lo que el gobierno planteó la posibilidad de exportar la basura, solo para revertir la decisión meses después.

Sin embargo, los desechos tenían que ir a alguna parte, por lo que se arrojaron cerca del aeropuerto, pero esto atrajo bandadas de gaviotas, lo que se convirtió en un peligro para los aviones. Primero se trataron de controlar con disparos, lo que generó ola de protestas. Entonces se trajeron máquinas para reproducir música a todo volumen que las asustaría. Un tribunal ha ordenado ahora el cierre de este sitio, aunque las gaviotas continúan dando vueltas.

Más preocupante aún, se ha reabierto un antiguo basurero. Además de recoger nuevos desechos, se pueden ver camiones que transportan desechos viejos, en gran parte contaminados con productos químicos, desde la montaña y vertiéndolos en el Mediterráneo.


Se han observado camiones recogiendo basura y vertiéndola en el mar Mediterráneo.


A largo plazo, el gobierno dice que quiere quemar los desechos y generar electricidad a partir de ellos. Pero los críticos temen que no se clasifique adecuadamente y que los plásticos y otros materiales capaces de generar gases tóxicos se entierren junto con desechos orgánicos más limpios.

Así que tal vez no sea sorprendente que el sencillo plan de reciclaje comunitario de Zeinab Mokalled traiga toda la atención.

Las mujeres de la aldea cercana de Kaffaremen han establecido recientemente su propia iniciativa, que es similar, excepto que está financiada por los aldeanos, en lugar de los voluntarios. La cercana ciudad de Jaarjoua también ha decidido hacer lo mismo.


"Cuando los miro, es como mirarnos a nosotros mismos hace 20 años", dice Mokalled.



Cuando eran niños, solía enseñar literatura árabe a algunos de los voluntarios de Kaffaremen, ahora es su mentora en temas ambientales.


"Enfrentarán muchos desafíos. Pero todo se trata de paciencia y determinación", les dice.

Wafaa, una de sus ex alumnas, le toma la mano con mucha fuerza y dice: "Ella es un modelo a seguir para mí. Nunca se rindió".


Además de asegurarse de que Arabsalim esté limpio y ordenado, Mokalled también encontró tiempo para estudiar un doctorado en estudios árabes, que obtuvo a la edad de 70 años.


¿De qué está más orgullosa?


"Plantar la idea en la mente de las personas de que cuidar la tierra es nuestra responsabilidad en esta parte del mundo. Ya sea que lo hagamos o no, a nuestros políticos no les importará. Depende de nosotros".

"Si todos hicieran lo que hicimos en Arabsalim, no habría problemas de basura en ningún lugar del Líbano".


Nota aportada por MÓNICA REGUEIRO Y CLAUDIA GÓMEZ


FUENTE: https://www.bbc.com/news/magazine-40191270 - Por Nidale Abou Mrad